Abono Verde

Para preparar la tierra durante este invierno para la próxima época de cultivo, se ha plantado en las parcelas de nuestro huerto el conocido abono verde.

Los cultivos de abono verde para otoño-invierno soportan las heladas y son muy convenientes para los largos periodos de tiempo en los que el suelo iba a permanecer desnudo sin cultivar, porque lo protegen de la erosión y evitan que proliferen las malas hierbas.

Algunos de ellos son: alfalfa, trébol de prado (Trifolium pratense) y trébol híbrido (T.hybridum), veza sátiva, centeno, avena y nabo forrajero.

 

¿Qué aporta el abono verde a nuestras parcelas?

1- Nitrógeno. Las plantas que fijan nitrógeno del aire lo almacenan en sus raíces durante la época de crecimiento de la planta, generalmente en unas protuberancias que se llaman nódulos. Ese nitrógeno acumulado lo usará la planta durante su periodo más voraz: la fructificación. Así que si quieres que ese nitrógeno enriquezca tu tierra, la raíz no la debes tocar. Cuando cortes la planta, la raiz al morir liberará el nitrógeno almacenado a la tierra circundante. Si sacas la raíz, ese nitrógeno no se liberará por completo.

2. Materia orgánica. Al cortar la planta, la raíz también muere. Y como es materia orgánica, sirve de abono a tu tierra. No sólo por el nitrógeno, sino por el resto de nutrientes y minerales que la componen. Los microorganismos, cochinillas y lombrices se encargarán de descomponer bien las raíces.

3. Aireación. Las raíces de las plantas, mientras van creciendo y ahondando en la tierra, crean canales. Cuando la raíz muere, esos canales favorecen la aireación de la tierra. Esa aireación es muy beneficiosa no sólo para los microorganismos, sino para el resto de plantas: Las raíces también necesitan aire para respirar. Cualquier cosa que hagas para evitar la compactación del suelo hará que mejore su fertilidad.

4. Vida microbiana. Si arrancas la raíz estás modificando el hábitat de los millones y millones de microorganismos y pequeños animales que viven ahí, y que son los que le dan fertilidad a tu tierra.

 

Pasos:

Una vez germinadas las semillas, dejar crecer hasta justo antes de la floración (si florecen y se desarrollan las semillas éstas se podrán convertir en malas hierbas).

Segar y, si se puede y se cree conveniente, picar.

Enterrar a una profundidad de unos 10-20 cm con un arado o manualmente con pala y azadón. Se puede hacer una primera incorporación superficial (5-10 cm) y una semana después una incorporación más profunda.

Tres o cuatro semanas después ya se pueden sembrar o trasplantar los cultivos del huerto

 

Y lo que nosotros hicimos fue:

1.- Delimitar con cuerdas cada una de las parcelas previo diseño.

2.- Echar las semillas de Veza Sátiva libremente en cada trocito de parcela delimitado con las cuerdas, cubrir primero de mantillo y después con cobertura de coco para mantener la humedad de la tierra y regar.

 

 

3.- Regarlo y… ¡a esperaaaaaar!